martes, 27 de enero de 2015

ACELERONES LEGISLATIVOS


Hay situaciones de urgencia o catastróficas que pueden justificar y exigir  la adopción acelerada de acuerdos o disposiciones normativas para resolver situaciones no deseables  o paliar daños y males mayores, pero a veces resulta arduo comprender  el interés y porqué de algunas tramitaciones abreviadas o la elección de vías alternativas a las usuales, y menos aún cuando se declaran superadas las alertas antaño combatidas mediante decretos-leyes.

En la Ley de Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma de Extremadura para 2015 se han incluido, en el apartado de Disposiciones en materia de gestión del Sistema Retributivo de los Empleados Públicos Autonómicos, varias modificaciones respecto al periodo de liquidación de retribuciones mensuales y de las pagas extraordinarias que, pareciéndome justas, me han sorprendido, en primer lugar  por la complicación operativa que supone su aplicación en casos distintos a la administración general y en segundo lugar porque suponen modificaciones sustantivas del sistema retributivo en vigor que, entiendo, deberían regularse mediante otro procedimiento y tipo de disposición legal distinta a la ley anual de presupuestos, ya que pueden pasar desapercibidas en el trámite parlamentario (y eso que no pocos diputados son o han sido empleados públicos), desconociendo si tales cambios han sido, o no, analizados en la mesa general de negociación de la Administración Autonómica.

Similar sorpresa me causa saber que el proyecto de Ley de la Función Pública de Extremadura haya sido presentado por el Grupo Parlamentario Popular, no por la Junta de Extremadura, lo que permite obviar el trámite informativo del Consejo Consultivo, y acelerar su aprobación por la vía rápida en la Asamblea extremeña antes de que termine la legislatura, es decir, antes de que se celebren las elecciones en mayo del corriente año.

Las últimas oposiciones convocadas en 2013 no han comenzado a desarrollarse un año y pico después;  el concurso de traslado de puestos base sigue a la zaga en el retraso; desde el verano del 2014 esperamos la convocatoria, y  resolución, del concurso de traslado de puestos de estructura, que no se convoca desde hace muchos años; las plantillas de la Administración Autonómica tienen un elevado grado de cobertura mediante comisiones de servicios, interinidades y contrataciones temporales…….. todo eso es lo que urge solucionar y primero iniciar, antes del mes de mayo, entonces ¿porqué tal velocidad en la tramitación del proyecto de Ley de la Función Pública?. Posibles razones que se me antojan, pueden ser la de  incorporar los preceptos del Estatuto Básico del Empleado Público, tarea retrasada desde 2007,  o la de intentar cumplir la agenda legislativa prometida antes de agotar los cuatro años de mandato; otras razones prefiero que no se me ocurran.

Pero si leemos el proyecto de ley, nos encontramos ante un texto de mínimos, de cajones a llenar, de directrices a seguir; el verdadero desarrollo tendrá que hacerse a través de decretos u órdenes posteriores, por parte de un nuevo gobierno elegido en las elecciones (sea el que sea); en esta tesitura, las razones sugeridas anteriormente no justificarían totalmente el acelerón legislativo.

La nueva ley en trámite establece que las convocatorias deberán fijar el calendario de desarrollo de las oposiciones, no pudiendo ser superior a doce meses; ¡venga! pues cúmplase este objetivo iniciando la resolución de la convocatoria pendiente desde 2013 y de los concursos de traslado convocado y prometido, como ejemplo y muestra de que los objetivos son los que se dicen.

Todos, especialmente los que somos empleados públicos autonómicos en servicio activo, estamos de acuerdo en la necesidad de modernizar y transformar la función pública extremeña, en aras a  la prestación de un servicio público eficiente y de calidad, por ello permítanme poner en duda que eso se garantice tramitando la ley correspondiente en los tres últimos meses de legislatura; novedades de tanto calado y alcance como la regulación marco de la función directiva pública y  de pasarelas para la carrera administrativa profesional no pueden ser despachadas a toda velocidad, sin tiempo material para analizar y sopesar todas las posibles consecuencias con los mayores niveles de participación y aceptación posibles.  Recordemos que las prisas casi nunca suelen ser buenas, para todos.

http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/acelerones-legislativos_851042.html

martes, 13 de enero de 2015

DEMÓCRATAS A LA CARTA Y POPULISTAS PARA UN PUEBLO DESTRONADO


En los últimos tiempos está siendo muy empleado en nuestro sistema político el término “populista”, la mayor parte de las veces con intencionado sentido negativo, algo que podría chocarnos en principio si pensamos que dicha palabra procede del vocablo latino populus (EL PUEBLO), consagrado en nuestra Constitución del 78 como fuente de la soberanía nacional y del poder del Estado, por lo que cabría pensar que todos deberíamos ser populistas obligatoriamente;  aclaro, con esta reflexión me quiero referir a todo el espectro político ibérico,  no siendo mi pretensión personalizar en ningún partido, sea cual sea su nombre.

El Diccionario de la Real Academia Española asigna a populista el significado de "el que tiende a prestar especial atención a los problemas de las clases populares", y define popularismo como "tendencia o afición a lo popular en formas de vida, arte, literatura, etc.". Ambas definiciones son abiertas, interpretables e incluso ambiguas, permitiendo ser utilizadas con una amplia holgura en cuanto a significados,  destinatarios u objetivos de los agraciados con esta denominación. 
 
Las tesis populistas tradicionalmente defendieron la representación de los intereses de las clases populares, y denunciaron que en la democracia liberal la clase política  permitiera que la aristocracia o las oligarquías económica y financiera  impusieran sus intereses.

Populistas hubo siempre; en la república de Roma ya surgieron líderes del pueblo que se enfrentaron a la aristocracia y apostaron por las asambleas populares para aprobar la mejor distribución de la tierra y  mayor participación de la población (Cayo Julio César por ejemplo, que luego devino dictador o tirano). Posteriormente  hubo, y hay, populistas en Europa, EEUU, Latinoamérica, Asia…..algunos de ellos, demócratas a la carta, aunque no los únicos que solo practican la democracia en cómodos salones. 

¿que significado peyorativo pretenden adjudicar con el adjetivo populista los que lo pronuncian, y para qué?.

Los usuarios del término populista en sentido negativo no quieren significar actualmente en sus adjudicatarios una identificación ideológica (izquierdas o derechas), sino más bien afear la utilización de modos políticos con sesgos como la demagogia, el oportunismo, la movilización, el liderazgo carismático o caudillaje, etc. (dependiendo de quién lo aplique y a quién). De acuerdo con este significado, serían  populistas quiénes prometieran o concedieran a la población soluciones temporales para ganar su simpatía, incluso tomando medidas insostenibles e incluso contrarias al estado democrático.  Sin embargo, su objetivo primordial no sería transformar las estructuras  sociales, económicas y políticas para resolver definitivamente los problemas,  sino lograr o preservar el poder a través de la popularidad y  los índices de audiencia.

Según lo anterior, deduzco que podrían ser populistas partidos y líderes políticos conocidos o desconocidos, tradicionales o emergentes, progresistas o conservadores, viejos o jóvenes, y sinceramente, creo que en nuestra España actual cabría calificar de populistas a bastantes personajes públicos y sus partidos, no solo a los nuevos o emergentes, surgidos en el actual clima de desconfianza hacia las instituciones y  partidos políticos tradicionales.

Hoy por hoy, con 4.447.711 desempleados y funcionando los comedores y roperos sociales,  ¿no es populista decir que la crisis ha finalizado, sin especificar para quienes, y  que los españoles ya no tememos quedar en paro? ¿no son populistas los mensajes institucionales navideños, rodados con escenarios y figurantes de película y dicción ensayada y maquillada? ¿no son populistas las encuestas de intención de voto, distintas en según que periódico de la misma fecha?

Mas allá de los calificativos, urge desterrar a los trileros de la política,  evitar los mensajes alucinógenos o leyes que pretenden amordazar al pueblo, así como recuperar la dimensión social del Estado, fortaleciendo la transparencia, la igualdad y la democracia real, creando el Contrato Electoral que obligue a cumplir los programas electorales ofertados y votados, bajo la tutela de una Justicia independiente que persiga el fraude y el delito electorales, además de luchar realmente contra la corruptocracia que usurpa hacienda y corona del  Pueblo Soberano.


http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/democratas-carta-populistas_848388.html