martes, 24 de marzo de 2015

Del bipartidismo y disciplinas parlamentarias




 Se avecinan elecciones, preparamos candidaturas para los parlamentos democráticos en nuestro Estado de las Autonomías……..muchas voces y colectivos hablan esperanzados del fin del bipartidismo como algo necesario para recuperar la viveza y representatividad democráticas del sistema parlamentario, entendiendo que la ruptura de las mayorías al uso obligaría a mejorar el diálogo y a buscar consensos con un mayor número de actores participantes, lo que sin duda provocará mayor cercanía con los ciudadanos, que tendremos la posibilidad de trasladar nuestras demandas y anhelos a un mayor y más variado número de actores políticos, ¿acaso aumentará esto la eficiencia representativa y su aprecio y reconocimiento por parte de los ciudadanos?.

 Esa nueva situación hipotética conlleva una mayor probabilidad de que nuestras preocupaciones corrientes y generales sean entendidas, discutidas y atendidas, lo que ya supone expectativas de mayor calidad de la democracia en cuanto a cantidad de la representatividad efectiva, pero otros muchos condicionantes, ajenos a la mera composición de las cámaras parlamentarias, incidirán también en la conformación de uno u otro modelo de gobierno y parlamento (orientación, compromiso, responsabilidad, disciplina y estructuras de partidos, directivas europeas, inexistencia de formaciones políticas internacionales etc. ), no necesariamente fruto exclusivo de la situación de bipartidismo, sino de la propia configuración de nuestro sistema político, pensado para la transición, pero posiblemente obsoleto para una democracia parlamentaria consolidada y un número cada vez mayor de ciudadanos postconstitucionales.
 
 Todos nos percatamos de que nuestros partidos políticos, en turno de gobierno, hacen prevalecer sus decisiones sobre el debate parlamentario, directamente o en coalición, lo que resta capacidad de ejercicio real a la constitucional soberanía popular; dos ejemplos en el caso extremeño, sin siglas:

 Un grupo parlamentario ha prometido que, en caso de dirigir la Junta, se aprobará antes del 1 de octubre de 2015 la Ley de Mínimos Vitales, que garantizará unos mínimos vitales para cualquier familia extremeña en situación pobreza energética; la oposición parlamentaria, y todos nosotros, podemos razonablemente negar la necesidad de la medida porque no admitamos esa realidad o no la consideremos un problema a resolver por la Administración Pública, plantear otras medidas alternativas en caso de admitir su pertinencia, o recalcular el coste de implantación de la mencionada ley porque la consideremos mejorables (el grupo proponente lo fija en 12 millones de euros, a obtener de suprimir 2 consejerías, 4 consejeros, el Consejo Consultivo extremeño y un 25% del gasto parlamentario), pero lo que no parece muy coherente ni con la función parlamentaria ni con los extremeños representados, y aún menos con las familias sin calefacción, luz y agua, es que otros grupos parlamentarios (sean muchos o pocos, más o menos grandes) traten de descalificar la propuesta, despachándose con que su coste sería muy superior, e incurrir a la vez en la contradicción de definir como “de miseria” los mínimos vitales propuestos (100 litros de agua y 6 KW/hora por día o 193 euros años por familia afectada), y ….…..ya está....., labor cumplida, pasan del problema y que cada ciudadano se busque la vida y ayuda donde quiera y pueda.

 Otro ejemplo, el caso de una propuesta de actuación de Emergencia Social de Vivienda ante el incremento de los desahucios por parte de los bancos, que sí fueron rescatados con fondos públicos; en aquella ocasión se vetó la discusión parlamentaria por varias razones:  las actuaciones recogidas no iban acompañadas de memorias del impacto económico, el concepto económico de imputación del gasto era erróneo, y eran inviables jurídicamente en cuanto a gestión y obtención de ingresos; y a otra cosa mariposa, como si las debilidades formales de la propuesta justificaran que la Asamblea no considerara importante el problema de los desahuciados (ahora el gobierno central ha dado marcha atrás, abriendo la posibilidad de que los jueces admitan la dación en pago en determinados casos). No se exigió que la propuesta fuera mejorada, subsanada, no, se vetó y punto.

 No sólo es cuestión del número de partidos en el tablero de la democracia representativa y su tamaño parlamentario, las respuestas y posicionamientos ante los problemas diarios de la gente, tienen mucho que ver con las funciones y jerarquía que todos y cada uno de los partidos políticos  concedan al Parlamento y a los gobiernos democráticos en general  en cuanto a competencias en la regulación y redistribución de los recursos públicos, de la sociedad; llámenlo ideología, o justicia social, o solidaridad, o sensibilidad, da igual, lo importante son los hechos y obras.

http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/bipartidismo-disciplinas-parlamentarias_861676.html